AgradecimientosEn este viaje hacia una tesis me he sentido a menudo como Penélope -tejer y destejer...hasta llegar al tapiz que hoy he presentado y que, como la vida misma, está lejos de acabado. En esta labor de hilandera, me han acompañado personas a las que debo un agradecimiento sincero.Gracias a Dios, hemos llegado hasta aquí.Gracias a mis padres, por el amor a la verdad y al esfuerzo. Gracias a mis padres y a mi hermana, por su confianza. Gracias a mi padre, porque para él no hay nada imposible, y a mi madre por ponerme los pies en la tierra: hija mía, explícame otra vez para qué sirve lo que escribes. También memorables todas las llamadas en las que, teléfono en una mano y papel y boli en la otra, apuntaba las fechas de los congresos, los nombres de los journals a los que enviaba los papers... porque si no, en sus palabras, "luego no sé contarle bien a tu padre." Mamá, cómo explicarte que, en mi idealismo, de vez en cuando, cuando investigo, el velo del misterio se descubre un poco, y queda al descubierto algún destello de verdad.Gracias a Irene y a Luis, que su familia es siempre un lugar donde sentirse como en casa.Esta tesis llega casi a la vez que mi sobrino Luis, que seguro será un gran investigador, en cualquiera de las maneras de esta palabra.Gracias a mi director de tesis, Germán, y también a Antonio siempre cercanos y animándome a disfrutar de esta labor de enhebrar la aguja con publicaciones, congresos y docencia.Gracias a Marta y Mireia, por iniciarme en el arte del tejido académico, por demostrarme cómo puede una mujer llegar lejos en la investigación y tener muy cerca a su familia.Me enseñaron que no hay camino recto, pero que lo importante es tener clara la meta sin perder lo importante por el camino. En ese año en el IESE aprendí muchas cosas y soñé muchas más. Gracias a Kinga, Misia y Patricia, con las que compartí grandes conversaciones sobre Economía, desarrollo, finanzas... entretejidas con hilos de cómo ser profesionales generosas, amigas leales y, gran aspiración, buenas personas.Gracias a mis compañeros de doctorado, Willy, Andrea, Juli, y especialmente a Bea -con ella entendí cómo la suma de las partes hace el resultado mejor que la que cualquiera de las partes hubiera alcanzado por sí misma. Trabajar así hace que la investigación se convierta en un reto y una aventura a la que merece la pena dedicarse.Muchas anécdotas quedan tejidas en el tapiz de estos años en los que no puedo dejar de dar las gracias a las ovejas naranjas del CM Olabidea, muchas de ellas alumnas de la facultad de Económicas, otras médicos, enfermeras, comunicadoras, filósofas o bioquímicas.Gracias a ellas y a todas las que habéis sentido como propios los nudos y rotos de cada paper, y habéis celebrado por todo lo alto el más mínimo avance. Está claro que estáis todas en este tapiz como hoy estáis aquí presentes.