“…Los factores predisponentes generales más frecuentes son, la presencia de comorbilidades asociadas, como puede ser: diabetes mellitus, edad avanzada, tratamiento inmunosupresor, arterioesclerosis periférica, HIV, insuficiencia cardiaca, insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal crónica, hepatopatía, cáncer, obesidad, malnutrición, alcoholismo, tabaquismo (1,2,8). Los factores predisponentes locales más frecuentes son la presencia de una puerta de entrada a través de un traumatismo abierto o por inoculaciones, la presencia de otras lesiones cutáneas (úlceras, varicela), quemaduras, infecciones orofaciales, la presencia de insuficiencia venosa, arteriopatía periférica, linfedema, el tratamiento con corticoides o inmunosupresores, mala higiene (1,2,8).…”