“…Como es bien sabido, la variabilidad de paráme-tros del suelo como la materia orgánica, la textura, el pH, la relación C/N, la concentración de carbonatos o los procesos erosivos entre otros, son muy elevadas en los suelos naturales, pero más aún si cabe, en los alterados por las actividades agrícolas (Kosmas et al, 1997;Matarechera, 2009;Prasuhn, 2011;Arnáez et al, 2012;Rodrigo Comino et al, 2015;Rodrigo Comino et al, 2016). De esta forma, se hace indispensable conocer su estado físico inicial y aptitud química frente a las actividades que dependen de estos territorios ya sea utilizando análisis de suelos, elaborando perfiles o llevando a cabo experimentos in situ (Arnáez et al, 2007;IUSS-WRB, 2007;Raclot et al, 2009;Wang et al, 2013;Prodoscimi et al, 2016).…”