RESUMENEn griego ἴυγξ designó originariamente un pájaro: el torcecuello. Los rasgos fi sonómicos y el comportamiento del ave debieron de propiciar la creencia de que tenía un poder mágico y de que, atada en cruz a una rueda por una hechicera, habría de atraer a la persona amada. Los mitógrafos helenísticos, aprovechando el asunto del torcecuello como «pájaro de Afrodita», elaboraron dos mitos acerca de la metamorfosis de Iunx en pájaro. Desde los inicios de la época clásica la voz ἴυγξ fue adquiriendo nuevos sentidos, según parece, por metáfora, metonimia o sinécdoque, signifi cados que no siempre se muestran del todo claros en los textos: 'rueda mágica', 'conjuro amoroso', 'deseo', 'encanto', etc. En pasajes heterogéneos de contenido religioso la voz ἴυγξ alude normalmente a un tipo de mediación entre dos mundos, el divino y el humano. La especulación fi losófi ca sobre las ἴυγγες como entidades mediadoras o demónicas alcanzó su máxima expresión entre los neoplatónicos que interpretaron los Oráculos caldeos en clave teológica.Palabras clave: torcecuello, léxico griego, magia, mitología, Oráculos caldeos, teúrgia, neoplatonismo.
ABSTRACTThe Greek term ἴυγξ was originally designated for a bird: the wryneck. The physical features and behaviour of the bird may have given birth to the belief that it had magical powers and that, cross tied to a wheel by a sorceress, it would attract a beloved person. The Hellenistic mythographers exploited the theme of the wryneck as «bird of Aphrodite» and related two myths about the metamorphosis of Iunx into a bird. From the beginnings of the Classical Period the term ἴυγξ was acquiring new meanings to be derived, it seems, by metaphor, metonymy or synecdoche, meanings that are not always perfectly clear in the texts: 'magic wheel', 'love spell', 'desire', 'charm', etc. In heterogeneous passages of religious content the term ἴυγξ normally alludes to a sort of mediation between two worlds, the divine and the human. The philosophical speculation about the ἴυγγες as intermediaries or demonic entities reached its peak within the Neoplatonists who interpreted the Chaldean Oracles in a theological way.