RESUMENLa probabilidad de padecer trombosis es mucho mayor en el período neonatal que en cualquier otra etapa pediátrica. La labilidad del particular sistema hemostático del neonato, sumada a los múltiples factores de riesgo a que está expuesto y la presencia casi constante de catéteres, son responsables de este hecho. Las trombosis venosas son más frecuentes que las arteriales y ocurren principalmente en los miembros, la aurícula derecha y las venas renales. El accidente cerebrovascular puede ser causado por la oclusión del flujo arterial que llega al cerebro o del sistema de drenaje venoso de este. La púrpura fulminans es una patología de altísima gravedad, que debe ser considerada una emergencia médica y se debe a la deficiencia grave de proteína C o, menos frecuentemente, de proteína S o antitrombina. La mayoría de los episodios trombóticos tienen indicación de tratamiento anticoagulante, que se puede realizar con heparina no fraccionada y/o con heparina de bajo peso molecular. La púrpura fulminans requiere terapia de sustitución con proteína C y/o plasma fresco. El tratamiento trombolítico se realiza con activador tisular del plasminógeno y debe quedar reservado solo para aquellas trombosis cuya localización implique compromiso de vida o pérdida de un órgano o de un miembro. veces superior a cualquier otra edad pediátrica, en especial en aquellos niños críticamente enfermos o que precisan catéter central. Este último es, sin duda, el factor de riesgo más importante para el desarrollo de tromboembolismo, tanto arterial como venoso. Aproximadamente, el 90% de los eventos tromboembólicos están asociados a algún tipo de catéter.1,2 Este favorece la ocurrencia de trombosis a través de distintos m e c a n i s m o s , y a s e a a c t u a n d o aisladamente o en forma combinada entre ellos: provoca daño mecánico de la pared vascular y enlentecimiento o interrupción del flujo sanguíneo; está fabricado con material que es potencialmente trombogénico; y es utilizado para infundir sustancias que dañan la pared vascular.3 Los otros factores predisponentes son asfixia perinatal, prematuridad, trastornos cardíacos, sepsis, hipoxia y diabetes materna. Los estados protrombóticos hereditarios juegan un rol poco importante en este período. 4 La incidencia global de tromboembolismo en recién nacidos hospitalizados es de aproximadamente 2,4 por 1000 admisiones.2,5 Se ha comunicado que el 1% de los neonatos con catéte-res presentan síntomas sugestivos de trombosis, 6 y se estima que la incidencia de trombosis asintomática asociada a catéteres está en el orden del 20% al 30%. [7][8][9][10][11] Su manejo adecuado se complica debido a que, generalmente, se extrapolan conductas de tratamiento del adulto. Sin embargo, en los últimos años, se han evidenciado importantes diferencias relacionadas con la edad en esta patología (epidemiología, pruebas diagnósticas, farmacocinética de los antitrombóticos), lo que está permitiendo comenzar a utilizar procedimientos diagnósticos y terapéuticos acordes a este período de la vida.
CARACTERÍSTIC...