como maestro, mostrarme las puertas para que yo las atravesase; en el ajedrez, en el Taijiquan, en el Qigong y, en definitiva, en la vida. Chi'en! Un agradecimiento muy especial a las tres princesitas que tuvieron a bien entablar amistad y dejarse querer por un bufón con el alma oxidada. Gracias, Vero, por haber hecho tan maravillosos los últimos años de esta Tesis. Por ese viajecito a Valencia, por tantas veces (aunque siempre con cariño) como te he acabado "agobiando" (¡jo! lo siento), por tu dulzura, por tu timidez (que en ocasiones creo que vence a la mía), y por tantos momentos que hemos disfrutado. Gracias, Bea, por haber soportado tantas pullas y tantos "conquensismos" como me has tenido que escuchar (¡y gracias por responder a cada uno de ellos!), por tantas buenas cervezas compartidas, por animarnos a sacarnos el bendito carnet, por todo lo bien que me lo paso contigo, y porque nos sigamos riendo. Gracias, Raquel, simplemente por ser tú. Por tantas conversaciones en las que nos quedábamos en silencio, por tantos "cinco minutillos" de varias horas, por haber querido ver en mí muchísimo más de lo que hay. Por tantas veces como me has dado las gracias, la mayor parte de ellas sin merecerlo. Gracias, en fin, por tu sonrisa. Vero, Bea, Raquel, mis ángeles: un abrazo y un beso muy, muy fuertes.Quién iba a decirnos, Idoia, que pasaríamos de conocernos en un autobús, de camino a una cena de gala de un congreso (a la postre inolvidable, con chino famélico, griegas y valencianos varios, caballeros con escasez de armas, y princesas con bolsitos de marca incluidos), a acabar callejeando por Roma, Burgos y Donosti, compartiendo, en la distancia y en la cercanía, nuestras aventuras y desventuras, nuestras alegrías y nuestras lágrimas, profesionales y personales. Y alguna que otra clase de euskera en la que me demostraste tu paciencia y tu buen hacer docente. Hacia ti guardo una gratitud inmensa, una amistad inmarcesible y todo el cariño de mi corazón. Mila esker, Idoiatxo! Muxu handi-handi bat eta besarkada asko! Prima, amiga, confidente, crítica... Pero, por encima de todo, simplemente, tú. Gracias, Maite, por todo. Por tantas y tan divertidas quedadas, por tantas charlas, por tantas broncas como me has tenido que echar (nunca sin razón), por todo lo que nos queremos, por las emociones que nos hemos provocado. Por nuestros caminos de Santiago. Por nuestras escapadas. Por estar ahí. Porque no se podría pensar en nadie que me comprendiese y me animase como tú. Gracias.Muchas gracias a mi familia, porque habéis hecho de mí lo que soy. Gracias a mis hermanos, Elvira y Paco, porque os debo más de lo que me atrevería a recordar, porque nunca habéis dejado de estar junto a mí, pendientes de cualquiera de mis historias, y porque no se podría soñar con unos hermanos mejores que vosotros. Gracias a mis padres, Francisco y Elvira, porque nadie podría tener tal confianza en mí, y tanta paciencia, como vosotros habéis tenido, y porque si tuviera que decir cualquier otra cosa, no podría caber en esta Tesis.Por último, gracias a do...