“…La concentración espermática incrementó progresivamente y el máximo registro se presentó en septiembre. Varios estudios en salmónidos concuerdan con este resultado en Oncorhynchus mykiss (Walbaum, 1792) (Aral et al, 2005;Sahin et al, 2014;Bustamante-González et al, 2016a), Salmo trutta caspius (Kessler, 1877) (Hajirezaee et al, 2010) y Salvelinus namaycush (Walbaum, 1792) (Johnson et al, 2013), pero es contrario en ciprínidos como Schizothorax richardsonii (Gray, 1832) (Agarwal & Raghuvanshi, 2009), Barbus barbus (Linnaeus, 1758) (Alavi et al, 2008b) y Tinca tinca (Linnaeus, 1758) (Zuromska, 1981), así como espáridos: Sparus aurata (Linnaeus, 1758) y morónidos como: Dicentrarchus labrax (Linnaeus, 1758) (Kara & Labed, 1994), lo cual demuestra que la concentración espermática y el volumen de semen tienen una relación específica. De acuerdo con Rurangwa et al (2004) La movilidad de los espermatozoides en peces de fertilización externa se adquiere al iniciar el contacto con un medio acuoso, en donde responden a condiciones fisicoquímicas, como cambios en la presión osmótica, temperatura y pH, las cuales se pierden pocos segundos después (Alavi & Cosson, 2005, 2006Bustamante-González et al, 2016b).…”