ResumenPresentamos una extensa serie de 48 tumores espinales en niños diagnosticados y tratados en nuestro centro en el período 1986-2006. Los tumores espinales infantiles suponen una patología infrecuente y heterogénea que es habitualmente diagnosticada tarde por la inespecificidad del cuadro clínico. Los síntomas suelen limitarse a dolor difuso de espalda o deformidades espinales meses antes de debutar con parálisis de miembros inferiores o trastornos esfinterianos. El diagnóstico se realiza con TAC o RM. En la mayoría de casos el tratamiento es quirúrgico. El pronóstico de estos tumores es variable dependiendo de la histología de cada lesión, pudiendo requerir tratamiento complementario con radioterapia y/o quimioterapia.
IntroducciónLos tumores espinales infantiles suponen una patología poco frecuente, con una incidencia anual de 1 caso por millón de niños 1 . La mayoría de los casos se presentan de modo insidioso con dolor local o referido y manifestaciones musculoesqueléticas inespecíficas, por lo que en muchos pacientes se retrasa el diagnóstico con distintas pruebas, tratamientos conservadores o diagnósticos erróneos 2-5 .Resulta dificil establecer protocolos de actuación debido a la gran diversidad histológica posible, por lo que los pilares básicos del tratamiento serían la exéresis completa cuando es posible, tratamiento quimio-radioterápico adyuvante según histología e intento de preservación de la función neurológica. En algunos casos debe considerarse la estabilidad de la columna en crecimiento 6,7 .El pronóstico, tanto vital como funcional, depende de la histología, agresividad quirúrgica y diagnóstico precoz 5,8 . La prueba diagnóstica de elección es la resonancia magnética, que además podrá orientarnos sobre la probable histología según localización y secuencia de imágenes 9 .
Material y métodosSe han revisado las historias de 48 niños con tumores raquimedulares tratados en nuestro centro en el período 1986-2006. Se incluyeron lesiones pseudotumorales potencialmente compresivas como dos hemangiomas cavernosos que sangraron, un quiste aracnoideo y un quiste hidromié-lico. Se excluyeron lesiones asociadas a disrafismos como lipomas o quistes epidermoides de cono medular.Se analizaron en este estudio edad, sexo, clínica de debut, retraso diagnóstico, localización y extensión del tumor, pruebas diagnósticas, manejo terapéutico y evolución.
ResultadosNuestra casuística comprende 48 casos, con una edad