Este trabajo plantea la diferencia que supone, en el modo en que se concibe la noción de tradición discursiva (td), aproximarse a ella, bien con una perspectiva en la que las td formen parte de la materia de estudio de una determinada investigación, bien con un enfoque que las erija en objeto de estudio. El artículo enmarca el surgimiento del concepto de td en el interés actual por el estudio de la variación lingüística, atiende a su definición, en sentido amplio, desde el punto de vista de su consideración como materia de estudio, y se pregunta hasta qué punto es posible y/o necesario —y, en tal caso, desde qué punto de vista— diferenciar las td en sentido estrecho, concebidas como objetos de estudio, de categorías como género, registro, estilo y perfil concepcional. A tenor de estas consideraciones, el uso “inflacionario” del término td en los estudios de historia de la lengua española de la última década se explica en relación con su consideración preferente, en ellos, como materia y no como objeto de estudio.