“…En la actualidad, gracias al desarrollo de la tecnología, han aumentado en número las investigaciones en rapaces en torno a la telemetría satelital y la selección de hábitat (Sandgren et al, 2014;Domenech et al, 2015;Tikkanen et al, 2018;Hixson et al, 2022), y con ello se han hecho recomendaciones para el manejo del águila real y el hábitat asociado (Singh et al, 2016), que apoyan su conservación. Sin embargo, a pesar de las acciones como el monitoreo constante de las poblaciones reproductoras a largo plazo, conteos aéreos de nidos, paros controlados de la generación de electricidad con turbinas eólicas o ubicaciones apropiadas de los campos, prohibición de uso de pesticidas y leyes que protegen específicamente a esta rapaz, la mortalidad de esta especie es alta y requiere de más trabajo, como tener encuestas de sitios de anidación a largo plazo en toda el área de distribución del águila, así como el conocimiento de las tendencias poblacionales de forma local, el registro satelital de la distribución de individuos residentes y la asignación de fondos de todos los niveles para investigación e implementación de estas acciones (Kochert & Steenhof, 2002;Katzner et al, 2012).…”