los datos derivados de estudios científicos, así como los recursos disponibles y las preferencias de los pacientes. La medicina basada en evidencias ayuda en estas tareas y las guías clínicas han servido de apoyo, pero el médico debe reforzar sus conocimientos de epidemiología, estadística y método científico para estar mejor preparado a la hora de decidir qué datos se pueden incorporar a la práctica de la medicina, cuáles deben descartarse e identificar aquellos que requieren confirmación. Este artículo presenta los elementos más importantes a considerar al decidir sobre la aplicabilidad de los datos de los estudios de investigación y la epidemiología clínica.