“…http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/deed.es_ES y Fossatti, 2017; Choudhary y Paharia, 2018), que se caracterizan por un rápido crecimiento de las instituciones participantes y de la respectiva matrícula (Jain, Sahney y Sinha, 2013;Ganga-Contreras, et al, 2019), por la aparición de nuevos tipos de instituciones (Yilmaz, 2019), incrementos en las restricciones presupuestarias (Martínez-Argüelles, Blanco y Castán, 2013), cambios en las regulaciones (Sultan y Wong, 2014), los mayores niveles de demanda por control de calidad (Brunner y Uribe, 2007), el desarrollo de un mercado de educación global (Abdullah, 2006), y por la dificultad de las instituciones para mantener sus ventajas competitivas (Cubillo-Pinilla, et al, 2009). Dado lo anterior, las instituciones de educación superior tienen el desafío de adaptarse a los cambios del entorno (Thieme, Araya-Castillo y Olavarrieta, 2012;Ganga, et al, 2019;Tamutienė y Matkevičienė, 2019), reexaminar sus estructuras, estrategias y procesos (Araya-Castillo, et al, 2018), adoptar estrategias competitivas que permitan diferenciar sus ofertas (DeShields, Kara y Kaynak, 2005;Brunner y Ganga, 2016), enfocar sus esfuerzos en las actividades de comercialización (Ivy, 2008), y desarrollar una base sólida que les permita alcanzar altos niveles de calidad (Hota y Sarangi, 2019) a través de la creación de valor y la mejora continua de sus procesos organizacionales (Degtjarjova, Lapina y Freidenfelds, 2018).…”