El artículo explora los desafíos y oportunidades que la pandemia de COVID-19 ha traído a la motivación de los estudiantes universitarios. La transición al aprendizaje en línea presentó retos significativos, como la reducción en las experiencias prácticas y la disminución de la autoeficacia; pero abrió la puerta a métodos educativos más flexibles y personalizados que han mejorado la motivación estudiantil. Además, se destaca la importancia de crear entornos de aprendizaje que fomenten la autonomía, la competencia y la pertenencia, aspectos clave para el bienestar integral de los estudiantes. La pandemia también exacerbó problemas de salud mental y desconexión social, lo que llevó a una mayor atención en el bienestar emocional y social de los estudiantes. Finalmente, se observa un creciente interés en carreras que tienen un impacto positivo en la sociedad, como las ciencias de la salud y STEM, así como en temas de justicia social, lo que refleja un alineamiento de los estudios académicos con los valores personales y sociales de los estudiantes, e impulsa su compromiso y motivación en la educación postpandémica.