“…La sintomatología explicada por su patogenia de aumento de la presión intracraneal y estructuras anatómicas, aunque es inespecífica se desataca la cefalea en un 80% de los casos y papiledema en un 50%, convulsiones, déficits motores y sensitivos, afección de los pares craneales III, IV y IV principalmente a la afección del seno cavernoso secundario a otitis o sinusitis (2,4,6,(8)(9). El diagnóstico es realizado por resonancia magnética (RM) y tomografía axial computarizada (TAC), que su visualización dependerá de su tiempo de evolución y su tratamiento debe ser instaurado inmediatamente el tratamiento que ha mejorado el pronóstico en un gran porcentaje de los casos, se inicia con encontrar la causa subyacente (si la posee), control de la clínica y prevención de complicaciones como tratamiento antitrombótico y anticoagulante o administración antibiótica cuando lo es requerido, donde se ha reducido de un 100% a 30% en la mortalidad (3,(10)(11)(12). El objetivo de este artículo es realizar una revisión del tema con bibliografía actualizada enfocado en los factores de riesgo, causas y clínica, así como las herramientas diagnósticas y tratamiento oportuno que influyen directamente sobre la morbimortalidad del paciente.…”