La lesión del nervio facial es una complicación bastante frecuente durante la parotidectomía, dejando secuelas, como es la parálisis facial, que tiene un impacto muy significativo desde el punto de vista, de la imagen corporal y autoestima, y a veces funcional. En 1944 Erlanger y Spencer Gasser recibieron un premio Nóbel de medicina y fisiología, realizando un trabajo de estimulación de fibras nerviosas a través de la amplificación de señales eléctricas; sin embargo desde hace poco menos de un siglo, en 1929 Adrián y Bronk introdujeron la electromiografía convencional, dando un impulso a la utilización rutinaria de la electromiografía, lo cual llevó a la virtual desaparición de esta complicación en la mayoría de los casos; no obstante, el elevado costo del monitor electromiográfico ha limitado su uso rutinario en centros hospitalarios públicos de la región. Este trabajo, tiene como propósito, demostrar el valor de la electromiografía en una parotidectomía llevada a cabo en un hospital estatal, donde este procedimiento se realizó sin costo alguno para el paciente y con excelentes resultados, permitiéndole tener la chance de acceder al tratamiento, garantizando una mejor calidad de vida. Se concluyó que la monitorización intraoperatoria del nervio facial con electromiografía más los resultados de los exámenes complementarios preoperatorios y un adecuado diagnóstico, aumentan las probabilidades de obtener resultados muy favorables postoperatorios, permitiendo a un paciente de hospital público tener la oportunidad de gozar del tratamiento, evitando secuelas.