El fuerte desarrollo de la inteligencia artificial, con sus numerosas aplicaciones, ha sorprendido a muchos sectores sociales, también al religioso, y parece que la teología debería tomar nota y responder ante los posibles retos que se plantean. Para ello una primera misión es la de intentar comprender los términos del problema o los retos que se dan, para poder responder y adaptar el mensaje cristiano en este nuevo contexto, que requiere un ejercicio continuo de inculturación o de adecuación de la fe a nuevos ambientes. El artículo se propone repasar los temas más urgentes en los que la teología está llamada en causa, es decir, las cuestiones que pueden ser objeto de elaboración teológica. En ese sentido conviene ir más allá de las cuestiones éticas para centrar el debate en temas antropológicos y soteriológicos. En particular, la teología está en condiciones de abordar de forma especial el llamado “problema del alineamiento”, que para muchos es la gran cuestión que surge con el inusitado progreso de la IA.