Introducción. El presente trabajo pone de relieve la necesidad de prestar atención a la vivencia emocional de la discapacidad intelectual por parte de los hermanos. Lejos de ignorar, minimizar o sobredimensionar sus necesidades psicosociales se apuesta por tener en cuenta el amplio abanico de aspectos emocionales tanto positivos como negativos que puede conllevar el hecho de tener un hermano con discapacidad intelectual. Ello resultará tremendamente útil a la hora intervenir y abordar estos temas con los hermanos. En este sentido el artículo ahonda en el conocimiento de cómo es dicha vivencia emocional.Método. Para ello se ha realizado una amplia selección y revisión bibliográfica de trabajos de los últimos 9 años que tratan el tema de la fratría y la discapacidad. En un intento de adoptar una perspectiva global y dar orden se profundiza en cada una de las emociones tanto de carác-ter positivo como negativo. Además, todas estas emociones recogidas en la investigación se utilizan a modo de categoría para analizar los datos de las entrevistas (AQUAD seis, 2008) realizadas a 22 hermanas y 11 hermanos de personas con discapacidad (n= 33) con edades comprendidas entre los 8 y los 35 años ( x = 18.7 años y s = 7.7).Resultados. Las emociones más señaladas por los hermanos son la preocupación y el malestar y los motivos que las generan son: el futuro del hermano, el trato diferenciado a favor del hermano con discapacidad en casa y los conflictos por discriminación e insultos al hermano en el contexto escolar y social.
Discusión y Conclusiones.Es necesario abordar las emociones negativas que surgen en este tipo de fratrías. Los grupos de apoyo o talleres con hermanos demuestran su utilidad para este fin. Para ello, se revisan diversas aportaciones acerca de cómo intervenir y abordar estos temas con los hermanos.