La Tesis “Los trabajadores argentinos de la Comunicación y la Cultura. Organización, historia y regulaciones” describe las estrategias que los trabajadores de la comunicación y la cultura se han dado a través de la historia para estructurar sus organizaciones representativas a fin de preservar derechos adquiridos; avanzar en la conquista de derechos postergados y vislumbrar la necesidad de defender nuevos derechos a partir de los modos con los que el devenir de la técnica y la evolución del capital afectaron al sector. En ese sentido, las estrategias puestas en marcha, son tan diversas, como las situaciones que deben enfrentar: desde la negociación en el marco de los convenios colectivos de trabajo a la acción gremial directa; desde propiciar marcos regulatorios específicos y legislación acorde a llevar adelante actividades intersindicales puntuales o crear organizaciones permanentes de diversa índole. El estudio agrupa a los colectivos que representan a los siguientes trabajadores de la comunicación y la cultura: actores, artistas de variedades, autores/guionistas, canillitas, directores audiovisuales, gráficos, locutores, músicos, técnicos de cine, técnicos de la TV, técnicos de la radio, trabajadores de la publicidad y trabajadores de prensa. El recorte de actividades se centró en aquellos trabajadores de la comunicación y la cultura en la que alguna de sus organizaciones representativas conforma o ha conformado la Confederación de los Trabajadores de los Medios de Comunicación Social (COSITMECOS). Asimismo, alguno de estos colectivos se han dado, antes o después de su organización sindical, sociedades gestoras que protegen sus derechos de propiedad intelectual. Las problemáticas que aquejan a los trabajadores de la comunicación y la cultura y a sus organizaciones adquieren la condición de “interés público” dado que no involucran sólo a los sujetos directamente afectados, sino que incluyen a la sociedad en su conjunto pudiendo menoscabar la propia calidad democrática (incluido el derecho al goce de los bienes culturales). Es en función de lo antedicho que el análisis de dichas problemáticas aparece como imperioso para las ciencias sociales; para los estudios en comunicación; para las organizaciones de los trabajadores de la comunicación y la cultura y para los responsables de legislar en la materia.