“…La enseñanza de temas controvertidos, definidos como cuestiones que suscitan puntos de vista opuestos y generan desacuerdos racionales, tiene como objetivo promover la conciencia crítica sobre los problemas sociales y desarrollar las competencias ciudadanas necesarias para abordarlos. En este sentido, la problematización curricular o el tratamiento didáctico de problemas sociales favorecen la profundización comprensiva de la realidad social, el contraste de perspectivas argumentadas a partir del análisis crítico de las fuentes y narrativas sociales, la racionalidad electiva para la toma de decisiones en contextos problemáticos y el compromiso social como componente integral del proceso democrático (Ortega-Sánchez, 2022a). Desde esta perspectiva, Santisteban (2019), a partir de Hess (2008Hess ( , 2009, afirma que "los temas controvertidos ponen el acento en todas aquellas estrategias (…), [donde] la controversia, el debate, el contraste de opiniones, la argumentación, el conflicto y el consenso son las bases de una educación democrática auténtica (Santisteban, 2019, p. 64).…”