“…Y, además, resaltar su aplicación en una de sus disciplinas, la educación (a la cual pertenece esta revista). En esta disciplina, los Mapas Cognitivos Difusos (MCD) se han empleado con objetivos muy diversos: evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje (Laureano-Cruces, Ramírez-Rodríguez, & Terán-Gilmore, 2004), evaluar la educación (Pacheco, Carlson, & Martins-Pacheco, 2004), modelar software educativo (Hossain & Brooks, 2008), determinar factores críticos en los LMS (Learning Management Systems) (Salmerón, 2009), determinar factores críticos en la implementación de herramientas en los procesos formativos y en las instituciones educativas (Infante-Moro, Infante-Moro, & Gallardo-Pérez, 2020b, 2020c; Infante-Moro, Infante-Moro, Gallardo-Pérez, & Ferreira, 2020), diseñar sistemas de enseñanza (Yu & Qi, 2018;Kao, Lin, & Chu, 2012), diseñar game-based learning y serious games (Luo, Wei, & Zhang, 2009;Cai, Miao, Tan, Shen, & Li, 2010), ajustar la precisión del estilo de aprendizaje (Georgiou & Botsios, 2008), clasificar asignaturas por su importancia en programas de estudio (Solana-Gutiérrez, Rincón-Sanz, Alonso-González, & Bermúdez-Cañete, 2015) o determinar factores relevantes a la hora de que los estudiantes seleccionen universidad para realizar sus estudios (Nayak, Madireddy, Case, & Stylios, 2017). Esta amplitud de aplicaciones demuestra la versatilidad y la gran utilidad de esta metodología en esta disciplina.…”