Las frutas y hortalizas son alimentos de gran importancia en la seguridad alimentaria y nutricional (san), pues constituyen una fuente importante de minerales, vitaminas y compuestos funcionales, y su consumo se asocia con un menor riesgo de padecer enfermedades degenerativas. No obstante, también son reconocidas por su alta perecibilidad. Las frutas y hortalizas son las responsables del 62 % del total de las pérdidas de alimentos reportadas en el país, por lo cual la reducción de sus pérdidas es una prioridad para mejorar la san y los ingresos de los productores, principales damnificados de estas pérdidas. Sus causas se encuentran a lo largo de la cadena de abastecimiento, desde la misma cosecha hasta el consumo, pero con la particularidad de que las causas y los efectos de los daños suceden con una diferencia de tiempo notable, por lo cual el daño no se evidencia cuando se causa, sino durante las etapas de comercialización o consumo, de manera que nadie se siente responsable por ellas. En el presente texto se puede encontrar cómo prácticas muy sencillas de manejo en cosecha y en poscosecha pueden contribuir a reducir las pérdidas de alimentos hortofrutícolas, con los correspondientes beneficios para toda la cadena.