“…Los hallazgos develan que el know-how digital no está distribuido al azar entre la población, sino que está relacionado con desigualdades sociales que pueden rastrearse en las familias de origen, así como con el tipo de usos que los jóvenes hacen de esta tecnología (Hargittai, 2010 y la familiaridad, experiencia o tiempo de uso (Brown y Czerniewicz, 2010. De cara al desarrollo humano, la limitante es que estas investigaciones concentran sus preguntas en el ámbito educativo, es decir, en lo que las TIC pueden hacer para mejorar el rendimiento de los jóvenes (Humanante, Conde y García Peñalvo, 2014; Ololube, Agbor, Major, Agabi y Wali, 2016 su socialización (Margaryan et al, 2011 o su gestión y participación en la institución (Ames, 2013;Crovi y López, 2011;Kelling, Kelling y Lennon, 2013. Sin embargo, para los propósitos de este estudio, al menos se detectan tres problemas asociados al constreñimiento del estudio de los jóvenes y las TIC al ámbito educativo: por un lado, se reduce a los jóvenes, en tanto sujetos de estudio, a su rol de estudiantes, con lo cual se omite la riqueza de su participación en diferentes esferas de pertenencia (familia, amigos, clubes, colectivos, etc., comunidades imaginadas y demás intereses. Por el otro, se reduce a las TIC a herramientas pedagógicas, excluyendo su aportación en la participación social, laboral, cultural, de ocio, entre otras.…”