“…Las intervenciones centradas importancia de las metodologías y enfoques pedagógicos específicos en la formación de actitudes y conciencia ambiental sugieren que los estudiantes desarrollan una mayor conciencia ambiental cuando se enfrentan a problemas reales de su entorno local (Nurul & Ramadhan, 2021). Las metodologías activas, como el aprendizaje basado en proyectos, potencian la comprensión y actitud proambiental (Aurélio et al, 2021); las herramientas digitales pueden ser facilitadores efectivos para la educación ambiental, permitiendo una exploración interactiva de temas ambientales (Sulisworo et al, 2022); las intervenciones interdisciplinarias ofrecen una perspectiva holística de los problemas ambientales (Cheang et al, 2021); lLa reflexión crítica en el aula puede inducir cambios profundos en las actitudes y comportamientos de los estudiantes (Fatton et al, 2021); ante ell, el conocimiento sobre ecoetiquetas y energía renovable puede potenciar la conciencia ambiental general (Safitri et al, 2022). Entre las investigaciones centradas en la influencia de las actitudes y comportamientos hacia el medio ambiente, y cómo estas actitudes y comportamientos se traducen en prácticas proambientales tangibles, se ha encontrado que las actitudes positivas de los estudiantes hacia el medio ambiente suelen conducir a comportamientos sostenibles, aunque es esencial superar barreras prácticas y culturales para que se materialicen en acciones (Olufemi, 2019); las prácticas educativas que combinan reflexión crítica con acción práctica, como los proyectos comunitarios, son efectivas para promover comportamientos sostenibles (Gherhes et al, 2022); también, la implementación de proyectos ambientales específicos puede mejorar significativamente la conciencia ambiental de los estudiantes, destacando el valor de la educación práctica (Ayerbe & Perales, 2020).…”