La Terapia de Presión Negativa (TPN) es una técnica alternativa para el cierre de lesiones tales como heridas crónicas, úlceras por presión o dehiscencias quirúrgicas. Su uso se ha extendido desde los años 90 con los doctores Louis Argenta y Michael Morykwas. En la actualidad, se mantiene como una alternativa a los métodos de cicatrización tradicionales. El objetivo que persigue la revisión sistemática trata de resumir los últimos resultados obtenidos con la aplicación de la TPN mediante el análisis de las últimas publicaciones realizadas en las diferentes bases de datos. Además, se evalúan las mejoras que ésta produce en el ámbito económico y en la calidad de vida de los pacientes.
Los resultados obtenidos han demostrado la efectividad de la TPN en el cierre de las lesiones analizadas en comparación con las técnicas tradicionales de curación, disminuyendo la estancia hospitalaria y los costes añadidos. Sin embargo, se encuentra como limitación que no existe un protocolo estandarizado sobre la aplicación de la terapia ni de la duración correcta de la misma. La muestra de estudio prevalente ha sido el adulto mayor, en el que la funcionalidad de la piel se ve afectada por la edad y por la patología subyacente. En lo que respecta a la calidad de vida de los pacientes se ha verificado su efectividad, disminuyendo el dolor de las lesiones y el tiempo de curación.
Se puede concluir, por tanto, que la TPN es una técnica efectiva en el cierre de la lesión pero se hace necesario un mayor estudio de la técnica para asegurar un uso correcto y seguro, aplicado de la misma forma por todos los profesionales sanitarios.