“…Sin embargo, también son evidentes sus ventajas competitivas, derivadas, por ejemplo, de las redes entre agricultores, o incluso entre agricultores y consumidores, con un arraigo territorial significativo (Capellari y De Stefano, 2016;Belletti y Marescotti, 2020). Con frecuencia, en estos sistemas locales concurren, además, innovaciones sociales (Vercher, 2022), que a la postre son clave para su competitividad, como también ponen de relieve muchas experiencias en la Unión Europa (Vitterso et al, 2019), y la importancia que la propia Comisión Europea concede a las estrategias basadas en las cadenas cortas.Estos sistemas agroalimentarios han demostrado su elevada capacidad de respuesta en momentos de crisis. Por ejemplo, durante la crisis del 2008 las empresas con estrategias más innovadoras (muchas eran grandes, pero algunas eran pequeñas y medianas empresas) obtuvieron los mejores resultados productivos y económicos (Zouaghi y Sánchez, 2016).…”