Actualmente se observan diferentes actitudes, comportamientos e interacciones en el ámbito familiar, educativo, sociocultural, económico y político, producto del saber, del pensar y del sentir, que son poco alentadoras para una sociedad justa y democrática. Asimismo, la variedad de información poco objetiva ejerce gran influencia, en personas que indudablemente necesitan mejorar su capacidad de pensar. El presente artículo señala que el pensamiento crítico debe ser abordado desde las instituciones educativas y desde la labor docente, mediante una investigación responsable, revisión documental y diseño de programas pertinentes que faciliten la implementación de prácticas pedagógicas innovadoras con sustento científico y empírico para la apropiación crítica y reflexiva del pensamiento en los estudiantes. La propuesta educativa más pertinente para desarrollar el pensamiento crítico es el enfoque por competencias de Tobón, enfoque en el cual se sustenta el Currículo Nacional de la Educación Básica, por ello, se sugiere que el pensamiento crítico debe ser considerado como competencia transversal al aprendizaje y a las áreas curriculares de las diferentes modalidades y niveles educativos; promoviendo el rol protagónico del estudiante y la responsabilidad del docente. El objetivo del presente artículo es generar la reflexión de los docentes en función al pensamiento crítico y su práctica pedagógica para que logren comprender la relevancia de implementar nuevas estrategias metodológicas que contribuyan a desarrollar, fortalecer y consolidar el pensamiento crítico, favoreciendo así la formación integral de los estudiantes