The Arctic Cryosphere in the Twenty‐First Century

Abstract

This paper discusses the state of the Arctic cryosphere during the second half of the twentieth century and describes major findings of observational evidence since the 1950s. Although glaciers have been retreating steadily from their Little Ice Age maximum positions for decades, Arctic sea ice extent and thickness began to decline and loss of mass from the Greenland ice sheet accelerated only in the 1990s. Rapid changes in cryospheric components have occurred in this century, affecting snow cover, Arctic sea ice extent, the mass balance of the Greenland ice sheet, and frozen ground temperatures. Projections for this century, based on model results from the Intergovernmental Panel on Climate Change, involve dramatic changes by 2100.

Recent Extreme Runoff Observations From Coastal Arctic Watersheds in Alaska

“…A recent geographical review of the state of the Arctic cryosphere (Barry, ) emphasizes the most rapid changes associated with a warming climate: sea ice retreat, glacier recession, decrease in snow cover extent, earlier snowmelt, and thawing of frozen ground. For the Arctic coastal watersheds of this study, proximity to open seawater for longer periods (i.e., sea ice retreat), earlier snowmelt, and geomorphic changes in polygonal ground (i.e., thawing of ice‐rich frozen ground) are the most visible indicators listed in Barry's () review. Observations imply that AACP watersheds respond to a warming climate differently than other Arctic hydrological systems because of the combination of precipitation variability and high antecedent storage dynamics that affects runoff response to precipitation.…”

Microbial connectivity and sorting in a High Arctic watershed

“…With ongoing global climate change, projections indicate that the Arctic region will continue to warm more rapidly than the global mean, especially over land ( [1] and references therein). Lakes are a major feature of the northern landscape [2,3], and given their strong dependence on snow, ice and permafrost, Arctic lakes are sentinel indicators of climate [4,5].…”

Estimación de la temperatura basal del “Glaciar Norte” del volcán Citlaltépetl, México. Modelo para determinar la presencia de permafrost subglaciar

“…La estimación de la temperatura del "Glaciar Norte" cercana a -2.5°C tanto para su espesor medio, como para los puntos de mayor profundidad, y la consecuente presencia de permafrost subglaciar con el mismo valor térmico, coinciden de cerca con los valores señalados por French y Shur (2010) y Barry (2017) para regiones de mediana latitud. Esta estimación representa una aproximación a las condiciones actuales del ambiente periglaciar en regiones tropicales por arriba de 5000 msnm, particularmente en cuanto a la determinación de permafrost subglaciar.…”

“…Incluso las partes menos profundas que son mayormente influenciadas por los rangos de temperatura estacional no alcanzan a cruzar el límite del punto de fusión a lo largo del año. Dado que se trataría de un permafrost en el límite del régimen térmico (por debajo de 0°C según French (2007, p. 83); o muy próximo a -2ºC de French y Shur (2010) y Barry (2017); o bien variable entre -1,5 y -5ºC en los denominados permafrost discontinuos, el per-mafrost basal sería de carácter limitado en función de las características del substrato afectado, siendo más factible en pumicitas y menos en rocas volcánicas masivas. El congelamiento del lecho, al menos en su porción más somera sugiere que el permafrost presente alcance su propia base hasta el punto en el que el calor geotérmico, obligue a que la curva de temperatura cruce hacia el umbral positivo.…”

“…El permafrost se define como un suelo, formación superficial o substrato afectado por la dinámica de hielo-deshielo hasta una profundidad de -60 cm (French, 1976, p. 47). Desde el punto de vista del régimen térmico, estas condiciones implican una "temperatura media anual por debajo de 0°C" (French, 2007, p. 83) o de -2°C (French y Shur, 2010;Barry, 2017), durante al menos dos años continuos. Al existir una estrecha correlación aire-suelo, desde el punto de vista térmico (Arya, 2001), es común la presencia de permafrost en ambientes con una temperatura media anual del aire inferior a -1 o -2°C (Demek, 1994).…”