“…México, aparte de ser el origen de muchas personas migrantes en los Estados Unidos, también es un país clave de tránsito (y cada vez más de destino), en primer lugar, para personas de Centroamérica, pero también de Sudamérica y de otros continentes. Sin embargo, México tiene la dudosa fama de ser un país muy violento para las personas migrantes en tránsito, desde las extorciones de organizaciones criminales y la impunidad hasta la externalización de fronteras, exigida por los Estados Unidos, la cual lleva a estas personas a tomar rutas cada vez más peligrosas (Aikin, Anaya Muñoz, 2013;Álvarez Velazco, 2016;Casillas, 2008;Vogt, 2017;Winters, Mora Izaguirre, 2019). Se podría imaginar que la relativa visibilidad de las personas africanas y su desconocimiento de la región les hace un blanco aún más fácil para vivir violencia en camino (FLACSO, 2011, p. 6;véase De León, 2015, p. 130).…”