“…Al atender los deseos de los estudiantes (ítem 18, El trabajo experimental me facilita el aprendizaje de las ciencias) se lograría un mejor aprendizaje y una mejora sustancial en actitudes (ítem 17, Me gustaría tener más trabajo experimental en clases de ciencias). Por ello, una política educativa que desee resolver los problemas de aprendizaje debería pasar por volver el aula un espacio activo de aprendizaje y ofrecer las herramientas para ello, con el trabajo práctico como eje de aprendizaje(Afanador y Mosquera, 2012).En términos generales, se podría afirmar que las actividades prácticas o de laboratorio permiten una mejor comprensión de la teoría, una mejora en el trabajo en equipo, un mayor aprecio por el aprendizaje, además de una adquisición de habilidades básicas, como de lectura, escritura, toma de apuntes, pensamiento analítico, entre otras(Sneddon y Douglas, 2013).En relación a la categoría Ciencia fuera de la escuela, los resultados sugieren incluir los programas de TV en los currículos, así como las salidas a museos o de campo para ilustrar conceptos de forma vivencial. Aunque estas iniciativas pudieran ser viables, el ítem 21 (Me gustaría pertenecer a un club de ciencias, con un ponderado de 2,9) indicaría una negativa a comprometerse con el aprendizaje y hacer de la ciencia algo próximo, lo que puede correlacionarse con el ítem 31 (Me gustaría ser un científico, con una media de 2,9).…”