“…Es así como, desde lo expuesto en Lubbe y Botha (2020) y Fletcher et al (2019) la reflexión mejora la toma de decisiones a la hora de planificar las sesiones y se configura en un pilar de los procesos de enseñanza a partir de la observación sobre los sucesos particulares que requieren intervención (Cigala et al, 2019) y que son resueltos a través de estrategias en las que el docente guía posibilita la participación (Clark et al, 2021) Para lograr esto, él analiza las acciones del quehacer docente desarrolladas durante la práctica y el saber disciplinar, tal acción es tomar la propia práctica como objeto de reflexión (Perrenoud, 2014), por eso, la confianza es el resultado de consolidar dichos aspectos, que en sus palabras se refleja como plan a, plan b y plan c en la acción. Dicho de este modo, las investigaciones desarrolladas por Coutts (2019), Karlsson y Nilsson (2019), Gindin et al (2021), Sari et al (2021) y Antonio (2020) implementaron herramientas como el diario y el vídeo lo que permite beneficios importantes para el estudiante sobre la enseñanza y aprendizaje desde la escritura reflexiva (Donohoe, 2019;Clark et al, 2021). Pero, obtener dicha mejora implica que se piense y consideré la práctica detenidamente con el fin de optimizar los procesos de enseñanza aprendizaje y su quehacer (Jiménez-Quintero, 2020).…”