“…Dado que el Concilio señaló a los obispos como los principales ejecutores de la reforma eclesiástica, éstos se lanzaron con decisión a cumplir esta misión. Junto a la erección de los seminarios diocesanos, otro de los primeros resultados visibles sería, en palabras de Ofelia Rey Castelao, la propagación de una auténtica fiebre sinodal que se encargó de difundir el modelo de sacerdote ideal por todo el mundo católico 17 España, además, la reforma católica contó con el claro apoyo de la Monarquía, algo ya patente desde el reinado de Isabel y Fernando y que se acentuó con Felipe II 18 . Pero no era suficiente.…”