“…Algunos estudios hablan del peligro de valorarlas en exceso (Bailey, 2014), otros de conducir a enfoques superficiales de los estudiantes (Kohn, 2006) y otros aluden a la necesidad de perfeccionarlas y definirlas mejor (Ortiz et al, 2013). En algunos casos también se han registrado actitudes negativas de algunos docentes reticentes al cambio de metodología y por tanto no conformes con el uso de rúbricas (Kutlu, Yildirim & Bilican, 2010). A todo ello, se unen percepciones de alumnos que encuentran estos métodos generadores de estrés y de mayor exigencia de trabajo (Panadero & Romero, 2014); pero, sobre todo, los expertos en la materia coinciden en que cuestiones como la interpretación de múltiples criterios y estándares, constituyen las dificultades más relevantes (O'Donovan, Price & Rust, 2001).…”