“…Dicho estándar de autoridad deja identificar lo que Kauppinen (2017) denomina "logros merecedores de alabanza". La literatura filosófica suele considerar la dificultad -entendida de distintas formas-, como una de las condiciones que define los logros y los separan de actividades mundanas (Bradford, 2015;Dunkle, 2019;Hirji, 2019;Kauppinen, 2017;Keller, 2004), lo que permite establecer una diferencia entre escalar el Everest y atarse los cordones de los zapatos. Por ejemplo, para Bradford (2015), un logro puede definirse como un proceso difícil que causa un producto de forma competente (sea este ejecutar una pieza en el piano, subir una montaña o robar un banco), mientras que para Kauppinen (2017), los logros requieren, primero, de un reto, expresado como un esfuerzo intenso o una gran habilidad y, segundo, de una competencia o destreza manifiesta que impide que el logro sea producto de la suerte.…”