“…La ventaja competitiva comprende capacidades que permiten a una organización diferenciarse de sus competidores y es el resultado de decisiones de gestión críticas (Li, Ragu-Nathan, Ragu-Nathan, & Rao, 2006). Vrontis, Tardivo, Bresciani, and Viassone (2016) sostienen que, en el contexto, cada vez más dominado por la fuerte y creciente competencia entre compañías en el mundo, obliga a las empresas manufactureras a cambiar el enfoque de la ventaja competitiva a los elementos relacionados con la competitividad, la innovación y los activos intangibles (Vrontis et al, 2016) Y es por ello que las organizaciones tienen que buscar ventajas competitivas sostenibles, como lo sustenta Herciu and Ogrean (2018), en donde afirman que la competitividad empresarial sostenible puede definirse en términos de la capacidad de una empresa para combinar sinérgicamente todos sus recursos con el fin de lograr una mejor productividad, rentabilidad, eficacia y sostenibilidad a largo plazo y en este sentido Buckley (1990) menciona que la competitividad sostenible es una interrelación entre el rendimiento competitivo, el potencial competitivo y el proceso de gestión.…”