Dentro de la microbiota humana, el tracto gastrointestinal alberga el ecosistema más complejo y abundante del cuerpo humano, siendo el colon donde se encuentra la concentración más alta de microrganismos (1012cél/g). La microbiota intestinal desempeña funciones metabólicas, tróficas y de protección que son de gran importancia para el hospedador. Durante las últimas décadas, son numerosos los estudios que han tratado de aportar evidencias científicas acerca de los factores que, a través de cambios en la composición de la microbiota intestinal, influyen en la salud humana. Sin embargo, esta aproximación está cambiando, y son cada vez más los expertos que apuestan por evaluar cambios a nivel de funcionalidad de la microbiota. Si aplicamos este enfoque dual al papel desempeñado por la dieta, resulta obvia la necesidad de disponer de modelos dinámicos de simulación gastrointestinal, como es el simgi®, que permitan evaluar las transformaciones que sufren los alimentos y/o ingredientes alimentarios durante el tránsito por el tracto gastrointestinal, así como para determinar los posibles cambios en la composición y funcionalidad de la microbiota intestinal derivados de la ingesta de alimentos. Los estudios llevados a cabo hasta el momento con el simgi® constatan sus potenciales aplicaciones en el área de los alimentos como paso previo a su aplicación en nutrición clínica, para prevenir y/o tratar enfermedades asociadas a disbiosis intestinal, así como trastornos metabólicos. Así mismo, esta revisión recoge posibles perspectivas de utilización del simgi® en la investigación clínica relativa a enfermedades relacionadas con disfunciones de la microbiota intestinal