“…Esta importancia reside en los efectos positivos evidenciados del alojamiento con apoyo, que mejora de calidad de vida, tanto objetiva como subjetiva, de sus usuarios (Hubley et al, 2014). Destacamos, entre otros, los siguientes resultados: ofrecen estabilidad residencial; mejoran el funcionamiento básico y la integración social; reducen síntomas psiquiátricos y la incidencia de hospitalización; mejoran la vinculación con recursos comunitarios; aumentan la satisfacción con su propia vida; producen un gran sentido y pertenencia de hogar; además, son rentables debido a que se reducen costes como consecuencia de un menor uso de servicios (Fakhoury et al, 2002;López et al, 2004;Nelson, 2010;Nelson, Aubry y Hutchinson, 2010;Pleace y Wallace, 2011;Pleace y Quilgars, 2013;Rogers et al, 2009;Ridgway, 2008;Stanhope y Dunn, 2011;Tsemberis, 2010). Así pues, la prestación de servicios residenciales se convierte en la "base para imaginar un futuro diferente" (Polvere et al, 2013, p.111), además de un elemento clave sobre el que construir una intervención socioeducativa que mejore su calidad de vida (García-Pérez y Torío-López, 2014).…”