“…Atendiendo a los resultados de anteriores estudios que consideraron muestras formadas exclusivamente por mujeres (FitzsimmonsCraft et al, 2014(FitzsimmonsCraft et al, , 2012Schaefer & Thompson, 2014), se hipotetizó que la comparación de la propia apariencia y, en concreto, la ocurrida en el contexto de la práctica de ejercicio físico, contribuiría a explicar el riesgo de aparición de TCA tanto en chicas como en chicos. A su vez, se espera que dicha relación se produzca una vez controlados los efectos que sobre el riesgo de presencia de TCA podrían ejercer variables como sexo (Ferreiro et al, 2012;Veses et al, 2014), IMC (Ferreiro et al, 2012;Fitzsimmons-Craft et al, 2014Schaefer & Thompson, 2014), edad (Ferreiro et al, 2012), o insatisfacción corporal (Ferreiro et al, 2012;Rohde, Stice, & Marti, 2015). La investigación previa sugiere que los factores que contribuyen a la aparición de los TCA podrían no resultar universalmente válidos, de forma que éstos podrían variar en función de variables como el sexo (Ferreiro et al, 2012;Mayer-Brown, Lawless, Fedele, Dumont-Driscoll, & Janicke, 2016) o la edad (Rohde et al, 2015).…”