The Development of Criminal and Antisocial Behavior

Abstract

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Personalidad y gravedad delictiva en adolescentes con conducta antisocial persistente

“…La primera que Morizot (2015) describe como (i) predisposición, plantea que los rasgos de personalidad tienen un efecto en el inicio del comportamiento delictivo (Jolliffe & Farrington, 2009;Moffitt, 2015;Tremblay, Côté, Salla, & Michel, 2017); la segunda, (ii) plasticidad, señala a la personalidad como un factor de activación, pero también de agravamiento del comportamiento antisocial (De Bolle, Beyers, De Clercq, & De Fruyt, 2012;Fréchette & Le Blanc, 1998;Le Corff & Toupin, 2010); y la tercera (iii) de remisión (Le Blanc & Loeber, 1998) que enfatiza el efecto de la personalidad en procesos de desistimiento del comportamiento delictivo. Además, se ha encontrado en un metanálisis reciente (Olver, Stockdale & Wormith, 2014), que la tendencia personal antisocial, asumida en el modelo RNR, es uno de los 6 factores de riesgo de mayor tamaño de efecto en la predicción de reincidencia.…”

La contribución de los amigos y la personalidad en el consumo de alcohol y conductas externalizantes en jóvenes

“…Sin embargo, no todas las relaciones con los compañeros son positivas y, a veces, pueden ser una fuente importante de preocupación para los cuidadores, como padres y educadores. Es el caso de los jóvenes que se afilian con iguales antinormativos (Vitaro, Brendgen, & Lacourse, 2015).La afiliación con iguales antinormativos (Deviant Peer Affiliation) hace referencia a la proporción de jóvenes que poseen amigos que se encuentran envueltos en actividades disruptivas o delictivas, tales como la agresión, la violencia, el hurto o el consumo de drogas, también llamado estadio de consumo experimental de sustancias (Petraitis, Flay, & Miller, 1995). La investigación existente identifica una serie de variables que aumentarían el riesgo de la asociación con iguales antinormativos durante la adolescencia, como por ejemplo, vivir en un núcleo familiar con desventajas económicas y sociales, un estilo de crianza inadecuado, una relación paterno filial complicada, la conducta impropia (o desviada) por parte de los padres, el rechazo de los iguales durante la infancia, presentar problemas escolares y un inicio precoz de conductas antisociales (Fergusson & Horwood, 1999).…”

“…Además, proporcionan la oportunidad para la formación de actitudes y conductas antinormativas a través del modelado y refuerzo social. Desde esta perspectiva se incidiría en que la afiliación con iguales antinormativos precede a la aparición de los problemas graves de conducta y/o delincuencia de los jóvenes (Chen, Drabick, & Burgers, 2014;Vitaro et al, 2015).…”

“…Un modelo a veces entendido como alternativo, pero en realidad complementario, es el Modelo de Selección de iguales: en él se sugiere que los jóvenes con problemas de conducta pueden seleccionar proactivamente a otros jóvenes con problemas de conducta, en parte debido a la aceptación de estas normas o actitudes y que son compartidas por ambas partes (Chen et al, 2014;Vitaro et al, 2015),o debido a procesos de homofilia, es decir, la búsqueda en el grupo de iguales de características personales similares, como la personalidad (Bauman y Ennett, 1996;Glueck & Glueck, 1950;en Costello & Hope, 2016;Hirschi, 2002). Cuando explícitamente se ha testado qué procesos priman más, selección vs. influencia, en el desarrollo de consumo de sustancias y otros comportamientos antinormativos en jóvenes, los estudios longitudinales y de genética cuantitativa han mostrado que ambos son relevantes y que actúan de forma simultánea (Edwards, Gardner, Hickman, & Kendler, 2016;.…”

“…Desde esta perspectiva, existen adolescentes que, debido a sus características personales, pueden mostrar conductas de tipo de externalizante, independientemente de estar o no asociados con amigos antinormativos (modelo de selección de iguales). Sin embargo, que se afiliaran con grupos o iguales antinormativos facilitaría o aumentaría la probabilidad de este tipo de conductas (modelo de Influencia de iguales) (Vitaro et al, 2015).…”