The Economics of Cultural Policy

Abstract

Cultural policy is changing. Traditionally, cultural policies have been concerned with providing financial support for the arts, for cultural heritage and for institutions such as museums and galleries. In recent years, around the world, interest has grown in the creative industries as a source of innovation and economic dynamism. This book argues that an understanding of the nature of both the economic and the cultural value created by the cultural sector is essential to good policy-making. The book is the first comprehensive account of the application of economic theory and analysis to the broad field of cultural policy. It deals with general principles of policy-making in the cultural arena as seen from an economic point of view, and goes on to examine a range of specific cultural policy areas, including the arts, heritage, the cultural industries, urban development, tourism, education, trade, cultural diversity, economic development, intellectual property and cultural statistics.

A Stakeholder Perspective on Heritage Branding and Digital Communication

“…Additionally, archaeological site-based knowledge is intrinsically local and changes slowly, thus appearing to be of a different order than the dynamic and negotiated processes social media works with (Boast, Bravo, & Srinivasan, 2007). There are indeed many threats and challenges to the more traditional forms of cultural production (Throsby, 2010). Both approaches combined, that is, the economic and social dimensions, are to be seen in a functional continuity, which does not mean that culture is to become entirely submissive to capital, nor that many archaeological museums will ultimately become self-sufficient from a funding perspective.…”

Argumentos culturales para la responsabilidad social empresarial

“…Las diferencias entre «alta Cultura» y cultura popular -artesanías, tradiciones, música y arte pop-tienden a difuminarse, con lo que bienes culturales se utilizan en el branding y en el marketing en general mientras que, inversamente, marcas comerciales se incorporan al discurso artístico o literario (Seabrook, 2000;vv aa, 2015). Como consecuencia de este «giro cultural» (Ray y Sayer, 1999), la Cultura está más presente en las empresas, ya sea en las divisiones de marketing, de rSC o incluso de recursos humanos (Coy, 2000;Comunian, 2009;Cunningham et al, 1993;Lewandowska, 2015;Throsby, 2010).…”

Políticas culturales y participación digital en la cultura. Las paradojas del escenario cubano.

“…Esta creciente complejidad de las responsabilidades de las polí-ticas culturales, acompañado al mismo tiempo de una retirada del Estado del campo, muestra la progresiva centralidad que ocupa la cultura en la actividad económica de la vida social contemporánea, el acentuado carácter político que va adquiriendo su gestión, y a un nivel más general la dependencia de las políticas culturales del inter juego de las diversas fuerzas económicas, políticas e incluso ideológicas presentes en las dinámicas contemporáneas del capitalismo. El economista de la cultura David Throsby señala en su libro del 2010 ("The Economics of Cultural Policy") (Throsby, 2010) que el panorama de las políticas culturales de treinta años atrás no tiene nada que ver con la riqueza, complejidad y numerosos dilemas que se plantean hoy para un especialista del campo. Argumenta que de una concepción inicial de los objetivos de la política cultural centrados en proveer soporte financiero a las artes, el patrimonio y las galerías, actualmente estas políticas desplazan su interés hacia las industrias creativas como fuente de innovación; el crecimiento y el cambio estructural en la economía creativa, el rol de las artes y la cultura en la generación de ingresos y empleo, los aspectos legales y económicos en la regulación de la propiedad intelectual en bienes y servicios culturales, y por último los bienes y servicios culturales en los tratados bilaterales y multilaterales de comercio.…”