“…Por su parte, Smith e Ingersoll (2004) subrayan que el profesorado novel a menudo se encuentra solo y perdido en su puesto de trabajo, y para evitarlo el apoyo de una persona experimentada es crucial. Los estudios apuntan a que es una estrategia beneficiosa para ambos y, para la propia institución (Eirín, García y Montero, 2009;Vonk, 1996), para integrar al novel en la cultura de la institución universitaria (Anafarta y Apaydin, 2016; Allen y Eby, 2010), aumentar su compromiso con la organización (Falzarano y Zipp, 2012;Allen et al, 2009), favorecer su permanencia (Bergevin y Martineau, 2007;Falzarano y Zipp, 2012), incrementar su confianza y sentimiento de eficacia en sus tareas (Anafarta y Apaydin, 2016;Fletcher y Mullen, 2012;Harvey et al, 2017), aprender de manera autónoma y colaborativa (Hobson et al, 2009), tener una mayor satisfacción profesional (St-Jean y Audet, 2013) y, desarrollar las competencias académicas del profesorado universitario (Harvey et al, 2017;Herrera, Fernández, Caballero y Trujillo, 2011).…”