“…En este contexto, la simulación clínica definida como la reproducción de situaciones o procedimientos con el fin de entrenar competencias clínicas en ambientes seguros, ha demostrado promover el aprendizaje a través de una retroalimentación inmediata y oportuna, desarrollando competencias clínicas de manera previa al enfrentamiento del escenario clínico real, permitiendo el logro de objetivos de aprendizaje a través del ensayo y error en ambientes protegidos desde el punto de vista educativo, siendo una herramienta útil para la resolución de problemáticas educacionales (Escudero et al, 2016). En estudiantes de tercer año de enfermería, la incorporación de una metodología de entrenamiento de simulación perinatal ha reportado un aumento de las competencias y confianza después del entrenamiento, destacando que la metodología les permite confrontar sus propias posibilidades de rendimiento y conocimiento (Vermeulen et al, 2017). Lo mismo fue reportado en residentes de medicina interna y urgencias, donde una intervención educativa basada en la simulación de habilidades de inserción de catéter venoso central (CVC), redujo significativamente la incidencia de infección asociada a dicho procedimiento, destacando la educación basada en simulación como un pilar fundamental en la capacitación clínica estándar (Barsuk et al, 2015).…”