Las enfermedades crónicas degenerativas de mayor impacto por sus altas tasas de letalidad son el cáncer, la diabetes, y los síndromes cardíacos, principalmente. Debido a que el uso sostenido de fármacos de origen sintético conlleva en una gran mayoría de casos la aprición de efectos secundarios o colaterales como la disfunción renal, hepática o cardíaca, su aplicación hasta el fin de la cura resulta inefectiva y en algunos casos perniciosa. La medicina tradicional basada en fármacos de origen vegetal, ha sido y sigue siendo una alternativa terapéutica para la cura o tratamiento de enfermedades. De entre los componentes químicos de las plantas medicinales, las antocianinas, son un tipo de flavonoides, bien reputados por sus propiedades antioxidantes ideales para la prevención o tratamiento de las enfermedades mencionadas. Los métodos experimentales desarrollados para examinar la efectividad de las antocianinas sobre enfermedades crónicas degenerativas han mostrado resultados potenciales para incorporar estos compuestos dentro formulaciones combinadas con otros fármacos, inclusive sintéticos. Las propiedades funcionales de las antocianinas pueden aportar un valor agregado cuando éstas se incluyen en formulaciones medicamentosas (terapéuticas) o alimenticias (nutraceúticos), yendo así más allá de su utilización común de colorantes naturales.