Las rocas máfico-ultramáficas son muy abundantes en Cuba a lo largo de unos 200 km del margen septentrional que deben su origen a una corteza oceánica, compuesta por serpentinitas, gabros, diabasas y basaltos conocidos como complejo ofiolítico. Las características geológicas del territorio cubano son el resultado de una historia tectosedimentaria multiepisódica, representada por una serie de secuencias y estructuras relacionadas estrechamente con la evolución del Caribe Occidental. En la Faja Septentrional de Hidrocarburos de Cuba, las ofiolitas intercaladas como escamas tectónicas entre niveles carbonáticos mesozoicos proporcionan en muchos campos buenas condiciones de reservorios y sellos. Las acumulaciones petroleras se encuentran generalmente entre 500-800 m y hasta 3 km de profundidad con espesores de hasta 400 m saturados de petróleos con 9º a 19º API. Los reservorios son serpentinitas fracturadas, con valores promedio de porosidad en testigo de 5,6%, mientras que por perfilajes alcanza 8,0%, aunque los valores promedios sólo llegan a 1,1% y las permeabilidades varían entre 0,001 a 21,4 mD. Otros campos se relacionan con escamas tectónicas de cataclasitas de serpentinitas, peridotitas, gabros y diabasas, determinantes de un reservorio de tipo poroso o poroso-fracturado con porosidad en testigos entre 0,2-3,3% y por registros hasta 9,0 %, la permeabilidad se reconoce entre 0,001-290 mD (como promedio 7,370 mD). También, peridotitas, gabros y diabasas con reservorios de tipo fracturado poroso-fracturado por lixiviación del olivino en gabros olivínicos con porosidades por núcleo de 0,12-10,6% (promedio 3,63%) y por registros hasta 8,0%. Niveles de serpentinitas alteradas por hidratación con propiedades semejantes a las arcillas constituyen sellos locales. Estos yacimientos pueden considerarse modelos análogos a los aun no completamente explorados de los márgenes Pacíficos del continente sudamericano de Colombia, Perú y Chile que exhiben contextos convergentes con presencia de ofiolitas semejantes.