En el presente trabajo mostramos cómo, por mediación de Isócrates, la retórica influyó no solo en la forma de relatar los hechos históricos sino incluso en la propia selección del material historiable. Estudiamos particularmente la obra historiográfica de Éforo, que fue discípulo de Isócrates, y comprobamos, ciertamente, la impronta que la «retórica escolar» de su maestro dejó en lasHistorias,tanto en la preocupación estilística como en la concepción didáctico-moral de la historiografía. Sin embargo, nuestro autor es consciente de que no está componiendo un discurso, sino una obra de historia; y lo que se señala como pobre imitación del estilo isocrático no sería sino autorregulación propia y cierta fidelidad a las formas tradicionales del género historiográfico.