“…Como respuesta a tales desafíos se propusieron e implementaron, desde economías desarrolladas encabezadas por Estados Unidos e Inglaterra, profundas reformas económicas y financieras a favor del libre mercado y en contra de iniciativas regulatorias sobre el flujo de las inversiones. De esta manera, los mercados de capital domésticos permitieron la libre movilidad de capitales desde y hacia el exterior, no sólo en los países desarrollados sino también, y cada vez con mayor intensidad, en sus contrapartes emergentes ( La eliminación de barreras al flujo de capital, particularmente el destinado hacia inversiones en activos financieros -portafolios-, así como una mayor sofisticación y sincronización tecnológica 5 , por un lado, y la creación de novedosos instrumentos financieros que pretenden mejorar las posibilidades de inversión, financiamiento, cobertura, arbitraje por otro 6 , han logrado, entre otros aspectos, un notable incremento en el nivel de integración entre los mercados financieros del mundo (Dorodnykh, 2014;Sandoval et al (2015); Mellado y Escobari, 2015; Campos y Revoredo, 2017; Kumamoto y Zhuo, 2020).…”