“…Funcionarios de la Casa Blanca, por ejemplo, se propusieron reescribir pasajes significativos del Estatuto de Roma, como el Artículo 98: en esta versión, se hace a la Corte impotente en cuanto a su jurisdicción sobre ciudadanos de Estados Unidos, personal militar y de mantenimiento de la paz en el extranjero. Estados Unidos declaró que consideraría revocar la ayuda militar y la asistencia a cualquier estado que se negara a aprobar la versión revisada del artículo 98 (Roth y Mullins, 2006a;2006b). Sumando a los cada vez mayores comentarios sobre el excepcionalismo estadounidense, un observador escribe: "La extraordinaria vendetta llevada adelante -en gran medida, pero no solamente, por John Bolton-contra la Corte Penal Internacional, mostró no sólo la paranoia de la administración Bush en torno a la posibilidad de que la ONU o la Corte pudieran acusar soldados y oficiales norteamericanos inocentes, sino también lo punitivo que Estados Unidos podría volverse en relación a Estados (aliados o no) que no estén dispuestos a satisfacer sus demandas" (Hoffman, 2005:229).…”