“…Por el contrario, otros inciden en las ventajas que estos juegos pueden aportar para promover diversos aprendizajes (Del Moral & Guzmán, 2015;Esnaola, 2009), fomentar prácticas lúdicas en red a partir del diseño participativo (Jacobs & Sihvonen, 2011), incrementar la actividad social en torno a un juego (Lee, Lee & Choi, 2012;Piskorski, 2011), favorecer nuevas formas de experimentación social (Reis, 2011;Ross & Collister, 2014), impulsar la lealtad y la cooperación (Park, Hong, Ohk & Yoon, 2015)), propiciar el desarrollo de la creatividad a través de sus creaciones virtuales (Wohn & Wash, 2013), etcétera. En este sentido, se ha querido poner especial énfasis en analizar en qué medida estos juegos activan procesos de comunicación e interacción entre los sujetos, así como a través de qué estrategias lo hacen, pues la modalidad de juego individual que predominaba en los videojuegos convencionales era uno de los puntos críticos que servía para rechazarlos.…”