La epilepsia es un trastorno que se presenta en 0,5 % de los embarazos, tiene riesgo aumentado de complicaciones obstétricas que conllevan incremento de la morbimortalidad materna, fetal y perinatal. El feto de madre epiléptica con exposición en utero a medicamentos antiepilépticos (MAE), tiene un aumento marcado del riesgo de defectos congénitos particularmente defectos mayores como los del tubo neural, cardiopatías, queilosquisis, palatosquisis y urogenitales, así como alteraciones del neurodesarrollo como el retraso cognitivo, el autismo y/o dispraxia, el retraso en el desarrollo psicomotor y el retraso en el lenguaje, con varios mecanismos de teratogenicidad propuestos.