EDITORIALE l uso de antimuscarínicos en pacientes con HBP y sintomatología del tracto urinario inferior compatible con vejiga hiperactiva (VHA) es un tema que hemos discutido en ocasiones anteriores 1 y que continúa generando controversia. Principalmente, porque la evidencia científica disponible no parece ser suficiente para superar el temor a provocar retención urinaria tras la toma prolongada de antimuscarínicos en pacientes con obstrucción uretral.Son varias las razones que llevan a considerar el uso de antimuscarínicos en esta población de pacientes, entre ellas: el incremento de la prevalencia de los síntomas de VHA en el hombre 2,3 (sobre todo en las últimas décadas de la vida cuando la HBP también es más prevalente), el solapamiento con los síntomas del tracto urinario inferior relacionados con HBP (STUI-HBP) correspondientes a la fase de llenado (que afectan más a la calidad de vida que los de vaciado) 4 , y, por último, el hecho de que los fármacos para el tratamiento de pacientes con STUI-HBP (alfabloqueantes, inhibidores de las 5 alfa reductasa) actúan únicamente sobre el componente obstructivo (uretral) y no sobre el componente vesical, lo que hace que se cubran parcialmente las expectativas de mejora sintomatológica de los pacientes.Por otra parte, también puede justificarse el uso de antimuscarínicos ante la presencia de HBP, obstrucción y STUI desde el punto de vista fisiopatoló-gico, pues aunque tradicionalmente se ha establecido una relación de causalidad entre obstrucción por HBP y desarrollo de hiperactividad del detrusor, la evidencia clínica ha puesto de manifiesto que la desobstrucción no necesariamente hace desaparecer la hiperactividad 5 . Incluso, aunque desaparezca, si el paciente es seguido a largo plazo, la hiperactividad reaparece 5 .Aunque en la actualidad exista suficiente evidencia científica para afirmar que el riesgo a provocar retención urinaria con la administración de antimuscarínicos en este grupo de pacientes es mínimo a las dosis utilizadas en la práctica clínica habitual 6,7 , los datos disponibles provienen de un número limitado de ensayos clínicos que para muchos urólogos no tienen el suficiente peso para respaldar este tratamiento.
MAESTRÍA CLÍNICA INDIVIDUALPuestas así las cosas, la pregunta que cabe plantearse es la siguiente: ¿la escasa evidencia científica invalida el uso de antimuscarínicos en estos pacientes? o lo que es lo mismo ¿es posible seguir tomando decisiones individuales aunque tengamos un escaso soporte científico? Mi respuesta es afirmativa. Siempre que el urólogo sea capaz de utilizar su maestría clínica individual, entendiendo como maestría clí-nica individual "el dominio del conocimiento y el juicio que los clínicos individuales adquieren a través de su experiencia clínica y de la práctica clínica". Esta definición, cuyo autor es el padre de la medicina basada en la evidencia, David Sackett, significa realizar un diagnóstico más efectivo y más eficiente e identificar y utilizar de forma más sensible los problemas, derechos y preferencias de los pac...