El envejecimiento de la población ha llevado a un aumento en enfermedades crónicas degenerativas. Entre ellas cabe mencionar la osteoartritis de rodilla cuya prevalencia se estima en 10% en la población mexicana. La cirugía de reemplazo articular es esencial para abordar estas afecciones en casos severos. Sin embargo, tales procedimientos conllevan riesgo de complicaciones, especialmente hemorragias en el periodo perioperatorio. Se ha reportado que hasta 25% de los pacientes podrían requerir transfusiones sanguíneas después de una artroplastia total de rodilla (ATR). La hemorragia puede resultar en la formación de hematomas y drenaje prolongado, lo que retrasa la rehabilitación y aumenta los costos de atención médica. Para abordar este desafío, se han implementado diversas estrategias para reducir la probabilidad de hemorragia, como el uso de torniquetes y agentes hemostáticos. Entre ellas, el uso de antifibrinolíticos ha destacado como una opción económica y segura. Recientemente, el ácido tranexámico (ATX) ha ganado popularidad en la cirugía, mostrando resultados satisfactorios al reducir la mortalidad por hemorragia. El ATX es un antifibrinolítico sintético que actúa inhibiendo la activación del plasminógeno y su conversión en plasmina, además de competir con el activador del plasminógeno tisular. Es un agente hemostático versátil con efectos adversos mínimos, lo que lo convierte en una opción atractiva. Dada su amplia aplicabilidad, es fundamental que el ortopedista tenga un profundo conocimiento del papel del ATX en la cirugía articular. Por lo tanto, el objetivo es realizar una revisión de la eficacia, seguridad y dosificación del ATX en la artroplastia total de rodilla.Palabras clave: ácido tranexámico, reemplazo total de rodilla, hemorragia.